Hace unos días debatía con tres periodistas (bueno, uno estaba callao) si el judío, históricamente hablando, ha sido un pueblo cerrado en sí mismo, que en parte por su propia actitud se ha granjeado la animadversión de sus conciudadanos allá donde se ha establecido. Un tema peliagudo éste, los acontecimientos del Siglo XX están muy presentes en nuestra cabeza (ojalá lo sigan estando), y hace difícil tratar el tema con normalidad.